Buenas Prácticas para el manejo integral y ambientalmente adecuado de residuos electrónicos en México

17 de Diciembre de 2018

Ciudad de México.- Con el objetivo de fortalecer las capacidades del país para la gestión racional de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) en México, y minimizar los impactos negativos a la salud y al medio ambiente, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en México, con apoyo del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés), han integrado una serie de seis documentos divididos por etapas:

  1. Marco general de las Buenas Prácticas para el MIAA de RAEE. En esta etapa se describen objetivos, secuencia y estructura de las buenas prácticas y se brinda un contexto general a su aplicación. Como parte del marco general se enlistan buenas prácticas relacionadas a los centros de trabajo cuya actividad principal está relacionada a los RAEE, por lo que se reflejan aspectos normativos de salud ocupacional y seguridad en el trabajo, así como de requerimientos de reporte y trazabilidad de residuos peligrosos o de manejo especial.
  2. Generación. Proporciona información para el generador sobre cuestiones relacionadas con la identificación de empresas que puedan brindar un servicio adecuado para el manejo de sus RAEE:  responsabilidades del generador, características para el almacenamiento y el rol del generador en la trazabilidad.
  3. Recolección y transporte. Ofrece orientación sobre las características de las unidades recolectoras, logística para realizar la recolección y transporte; características de los RAEE previo a su recolección y transporte; manejo adecuado de los RAEE al interior de las unidades recolectoras y el rol del transportista en la trazabilidad de los RAEE.
  4. Reúso y reacondicionamiento. Referencia actividades que se realizan para habilitar el reúso de los aparatos, así como reparar o sustituir aquellos componentes o software que no estén funcionando de manera adecuada con base en las propiedades y condiciones del equipo.
  5. Separación y desensamble. En esta etapa se destaca la identificación de componentes valorizables y de residuos peligrosos al momento de la separación y desensamble del RAEE, el cual puede realizarse mediante procesos de separación manuales, mecánicos, de fragmentación o triturado.
  6. Aprovechamiento y disposición. Aborda la última etapa del proceso, en donde se busca reincorporar los componentes de RAEE como materia prima en otras cadenas productivas, brinda recomendaciones para el fortalecimiento del MIAA en distintos niveles de actividades de reciclaje, promoviendo un esquema de Economía Circular y la reducción del flujo de RAEE que se manda a disposición final.

Las Buenas Prácticas fueron integradas bajo un proceso participativo público con los distintos grupos de interés: cámaras industriales, fabricantes, empresas recicladoras, academia, organizaciones civiles y funcionarios de los tres órdenes de gobierno.

En el marco del Proyecto ResiduosCOP, se implementarán las buenas prácticas con los distintos actores, con el propósito de mejorar continuamente esta práctica y buscar su replicabilidad.

La serie de documentos están a disposición del público en: www.guias.residuoscop.org.