Las Consultas Indígenas desde la voz de quienes participan

En nuestro primer acercamiento al ejercicio de consulta previa, libre e informada con comunidades indígenas que realizó el gobierno de México, decidimos partir de los significados que tienen para las personas

27 de Octubre de 2020

El desarrollo será participativo o no será sostenible. En nuestro primer acercamiento al ejercicio de consulta previa, libre e informada con comunidades indígenas que realizó el gobierno de México, decidimos partir de los significados que tienen para las personas

En una entrada anterior  te contamos sobre el primer ejercicio del Laboratorio de Aceleración del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en México para innovar en el diseño de ejercicios participativos para la construcción de políticas públicas. En este blog, te contamos cómo nos acercamos a un proceso de consulta previa, libre e informada que realizó el Gobierno de México con autoridades e instituciones representativas de pueblos y comunidades indígenas (Consulta Indígena), para informar sobre el diseño del Programa para el Desarrollo del Istmo de Tehuantepec (PDIT), iniciativa regional emanada del Programa Nacional de Desarrollo (PND) del país.

Cómo se realiza la consulta

En este protocolo puedes aprender cómo el gobierno resolvió los desafíos logísticos y metodológicos de la Consulta Indígena. Estos van, desde la organización de las Asambleas Consultivas, hasta la selección de sedes y organización de eventos. La Consulta Indígena la organizaron tres dependencias de la Administración Pública Federal (APF): el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), la Secretaría de Gobernación (SEGOB) y el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT), una paraestatal de reciente creación.

Entre marzo y octubre de 2019, organizaron 21 asambleas en 7 sedes a lo largo del Istmo de Tehuantepec. A estas asambleas asistieron cientos de funcionarios y funcionarias públicas y más de 5 mil personas de 12 pueblos originarios. Participaron integrantes de los Binnizá (Zapoteco), Ayuuk (Mixe), Zoque, Ikoots (Huave), Chontal, Chinanteco, Mazateco, Mixteco, Popoluca, Náhuatl, Totonaco, Tzotzil y Afromexicanos, todo ellos asentados en el Istmo de Tehuantepec de los estados de Oaxaca y Veracruz, el área de influencia donde se implementará el PDIT.

La consulta tuvo como objetivo recibir opiniones, propuestas, sugerencias y planteamientos de los pueblos y comunidades indígenas sobre lo que debe contener el Programa para el Desarrollo del Istmo de Tehuantepec, para ser incorporados en el diseño e implementación de esta política pública. Nosotros fuimos invitados a realizar una exploración etnográfica durante las reuniones de seguimiento y verificación de acuerdos que se realizaron el 5 y 6 de octubre de 2019.

Nuestra asistencia no implicó una validación institucional del proceso de consulta por parte del PNUD en México, ni de las Naciones Unidas, sino que sirvió como un ejercicio exploratorio para hacer sentido de los retos que tienen por delante el gobierno y las comunidades del Istmo para construir lazos de confianza y colaboración.

El ángulo para aproximarnos

Los ejercicios de consulta constituyen oportunidades únicas para avanzar en el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 16: Paz, justicia e instituciones sólidas de la Agenda 2030. En específico la meta 16.7 que habla de garantizar la adopción, en todos los niveles, de decisiones inclusivas, participativas y representativas que respondan a las necesidades de las personas. Por ello, en el Laboratorio nos interesa aprender sobre la forma en que se crean espacios de diálogo y colaboración entre gobierno y sociedad, para avanzar objetivos comunes. Queremos poner a la innovación al servicio de este reto que es, al mismo tiempo complejo y global.

Muchos ángulos son posibles para comenzar a hacer sentido de un proceso de democracia participativa como lo es la Consulta Indígena y la forma en que se construyen lazos de confianza y redes de trabajo para lograr el objetivo del PDIT. En el Laboratorio decidimos partir de los significados que el proceso tiene para las personas que participan, tanto ciudadanía como para las y los funcionarios públicos. Entender lo que se discuten en estos espacios y las dinámicas sociales que se detonan.

Nos interesamos en rescatar la perspectiva de las personas que se dieron cita y aproximarnos a comprender la Consulta Indígena desde el plano de las emociones y los significados propios que les otorgan las personas. Sin olvidar que, quienes no asisten y otros actores externos, también constituyen ricas fuentes de información y que sus voces también deberán ser escuchadas.

El detalle de la logística

Para llevar a cabo la Consulta se organizaron Asambleas Consultivas compuestas por personas que pudieran representar a sus comunidades. Quienes las conformaron lo hicieron de forma voluntaria y, dado que solían tener obligaciones de lunes a viernes, el gobierno organizó las reuniones en fines de semana. Nosotros asistimos el sábado 5 y domingo 6, a la que fue denominada la Segunda reunión de seguimiento y verificación de acuerdos.

Para realizar la misma reunión en cada una de las 7 sedes, la comitiva de gobierno se dividió primero en dos. Una parte se dirigió a Minatitlán, Veracruz y la otra a Salina Cruz, Oaxaca. Cada comitiva se volvió a dividir en dos, para formar un total de cuatro caravanas. De esta forma se organizaron de forma simultánea 4 asambleas el sábado y 3 el domingo.

Retratar el ejercicio

La forma de retratar este ejercicio fue a partir de la mirada de un grupo de documentalistas liderados por Nicolás Gutiérrez Wenhammar y Luis Fernando Pacheco, y un equipo de sociólogos/as y antropólogos/as que incluyó a Laura Camila Espinosa Osses, Paulina Saraí Peralta Serrano, Hugo Arriaga González y Mario Alberto Ochoa Bahena. La logística requería dividirnos en cuatro equipos.

Así, cada una de las caravanas contó con la presencia de un/a sociólogo/a o antropólogo/a que pudo documentar, de primera mano, la experiencia de los eventos a través de observación no participante y entrevistas a las personas asistentes, tanto a las y los funcionarios del gobierno federal, estatal o local, como a personas de las comunidades. Además, durante dos días, una de las caravanas fue acompañada por el equipo de documentalistas, quienes realizaron un ejercicio de video etnografía y de levantamiento fotográfico.

Al preguntarle a las personas sobre sus preocupaciones, expectativas, retos y significados de la Consulta, la video-etnografía posibilita no sólo escuchar el discurso de las personas, sino también retomar los gestos y corporalidades, ya que expresan y ocultan una diversidad de posturas que, de no ser visuales, se escaparían del análisis.

¡El resultado es un documental corto  y un informe de investigación que te invitamos a ver y descargar!

En las siguientes entradas profundizaremos sobre los resultados de esta exploración y los retos identificamos. ¿Conoces sobre los trabajos de consulta que realiza el gobierno o quieres compartir con nosotros ideas de cómo se puede abonar a construir lazos de confianza y colaboración entre grupos? ¡Escríbenos, queremos leerte!