Ciudad de México.- Orientar técnicamente a las instituciones públicas de los tres órdenes de gobierno en México para incorporar el enfoque de Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en todo el ciclo de vida de la política pública para “no dejar a nadie atrás” y, con ello, favorecer el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), es el objetivo de la guía El enfoque de la Agenda 2030 en planes y programas públicos en México realizada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en México.

Esta guía práctica ad hoc responde a la necesidad de los gobiernos tanto en el ámbito nacional como subnacional, de contar con mecanismos para aterrizar una agenda global a cada contexto. Asimismo, busca dar respuesta a inquietudes compartidas por las y los responsables de la planeación para el desarrollo en el territorio nacional.  

Cabe destacar que si bien la Agenda 2030, aprobada en 2015 por 193 Estados Miembros, incluido el Estado Mexicano, es una hoja de ruta que establece aspiraciones comunes, también reconoce que cada país enfrenta retos específicos que requieren de diversos enfoques y capacidades para atenderlos. Dado lo anterior, la Agenda no proporciona metodologías ni fórmulas generales para traducir dichas aspiraciones en acciones, sino que promueve una adecuada contextualización de los principios y objetivos, por medio de herramientas que respondan a las realidades, prioridades y estructuras institucionales, normativas y culturales de cada país.

La guía se basa en el primer componente de la Metodología de Transversalización, Aceleración y Apoyo a las Políticas Públicas (MAPS, por sus siglas en inglés), adaptado a las disposiciones normativas mexicanas establecidas en la propia Constitución y en la Ley de Planeación. En ese sentido, la guía tiene como cimientos la Metodología del Marco Lógico (MML) y la Gestión por Resultados para el Desarrollo, que permiten integrar sistemáticamente la Agenda 2030 en la cada etapa del ciclo de vida de los planes y programas públicos.

Este instrumento encauza estratégicamente los esfuerzos públicos, primero, hacia el adecuado ejercicio de los derechos humanos con particular énfasis en las poblaciones más vulnerables; segundo, hacia la necesaria adopción de un enfoque de integralidad considerando plenamente las dimensiones social, económica y medioambiental en cualquier política pública y; tercero, hacia la sostenibilidad del desarrollo. Se estructura en ocho capítulos, en los que se aborda la integración del enfoque de Agenda 2030 en las etapas de diagnóstico, diseño, implementación, seguimiento y evaluación de los planes y programas – resaltando la necesidad de construir diálogos participativos e incluyentes.  

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