Los Objetivos de Desarrollo del Milenio en México: Informe de Avance 2006

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Los Objetivos de Desarrollo del Milenio en México: Informe de Avance 2006

11 de Marzo de 2014

En 2005, la oficina de PNUD en México preparó, conjuntamente con el gobierno mexicano, un informe en el que se dieron a conocer los avances para el cumplimiento de los ODM en el país; y en 2006 se realizó una consulta nacional en la que se entrevistó a 140 de actores claves de la vida del país para conocer su visión y perspectiva en cuanto a la necesidad de que México adapte los ODM a las realidades del país y a las condiciones para su cumplimiento. Dicho documento ratifica el avance presentado en el Informe.

Asimismo, es conveniente insistir en lo señalado en el Informe de Avance 2005 respecto a la necesidad de consensuar metas que sean más acordes a una nación de ingreso medio como México. Los ODM son una oportunidad para plantear una agenda de desarrollo que incorpore nuestros principales retos y problemas, así como las estrategias para darles solución.

En seguimiento a esta primera evaluación, en 2006 se preparó un nuevo Informe, actualizando la información para cada uno de los indicadores relacionados con los ODM en México y elaborando un diagnóstico de la situación de la población indígena del país para cada uno de los objetivos. En este segundo Informe también se presentan los puntos de vista de la sociedad civil y la academia sobre la realidad mexicana frente a los ODM, con base en un ciclo de seminarios académicos realizado en instituciones de educación superior y del gobierno federal, y en la Consulta Nacional sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

Con respecto al primer Objetivo, erradicar la pobreza extrema y el hambre, la pobreza se redujo de manera constante a partir de 1996, después de la crisis 1994- 1995 que situó a quince millones de personas en situación de pobreza. La tendencia a la baja de los indicadores de pobreza se explica en gran parte por el entorno macroeconómico y fiscal sano que ha generado menores tasas inflacionarias y un impacto positivo sobre los salarios reales y en el poder de compra de los hogares. La disciplina fiscal ha impulsado al mercado crediticio, especialmente el crédito al consumo y el hipotecario. Finalmente, las transferencias focalizadas y condicionadas por parte del gobierno federal han contribuido a incrementar el ingreso y a mejorar las capacidades de la población en pobreza para que en el futuro puedan acceder a empleos mejor remunerados. En este Objetivo es fundamental incluir metas sobre empleo.

En educación, la Meta de cobertura en primaria se ha logrado, aunque persiste el desafío de lograr que los grupos poblacionales más rezagados, como los migrantes y los indígenas, tengan acceso a ella. Los retos consisten en aumentar la cobertura en los siguientes niveles educativos, así como en mejorar la calidad del sistema educativo. Por su parte, la equidad de género en la educación es prácticamente un hecho.

En México ya es de poca magnitud la proporción de la población por debajo del nivel mínimo de consumo de energía alimentaria y de proteínas, lo que implica que la desnutrición aguda ya dejó de ser un problema de salud pública. Su lugar ha sido ocupado por nuevos paradigmas como la desnutrición crónica y las deficiencias de micronutrimentos. Es entonces necesario incorporar metas y adaptar las políticas públicas para contrarrestar este nuevo panorama.

 

La Meta 3 asociada a la equidad de género y la autonomía de las mujeres es otro ejemplo de la necesidad de definir metas más relevantes. La igualdad de género en la educación ya no es un desafío para el país, como sí lo son la discriminación salarial, la carga global de trabajo (doméstico y extra-doméstico) y la violencia física y emocional que padecen las mujeres.

En cuanto a la salud es importante lograr la reducción de la mortalidad materna e infantil y hacerlo a partir de su abatimiento en las localidades más rezagadas del país. Valdría la pena considerar el establecimiento de metas en términos absolutos, en las que se establezca, por ejemplo, que ninguna zona tenga una tasa de mortalidad inferior a una “equis” tasa determinada.

 

En materia de salud, destacan los importantes avances para reducir la mortalidad infantil logrados desde 1990, pero principalmente en el periodo 2000 a 2005; también se ha detenido y reducido la presencia del VIH/SIDA, el paludismo y la tuberculosis. Asimismo, en los últimos cinco años la reducción de la mortalidad materna ha sido mayor que en la década pasada.

 

Respecto a las Metas ambientales el país ha tomado cartas en el asunto y ha generado políticas y programas innovadores,como el pago de derechos ambientales, que protegen al medio ambiente, al tiempo que apoyan a la población que habita en el campo, que es la más marginada del país. También se han creado áreas naturales protegidas y de conservación de la vida silvestre, y se han elaborado inventarios y sistemas de información ambiental propios de los países más avanzados en la materia. Desafortunadamente, a pesar de las acciones tomadas no se ha logrado detener ni revertir el deterioro ambiental acumulado durante las décadas en las que el componente ambiental estuvo prácticamente ausente de las políticas de desarrollo.

Continuar con el avance: las políticas y programas para alcanzar los ODM

Para los países de ingreso medio alcanzar el desarrollo no es una cuestión solo de aumentar recursos públicos, sino de mejorar el funcionamiento institucional. La heterogeneidad y desigualdad existentes en la población mexicana han generado como respuesta una oferta variada de políticas y programas que buscan dar atención a segmentos poblacionales muy diferentes entre sí.

La adopción de los ODM en las entidades federativas

En diversas entidades del país se han llevado a cabo acciones para incorporar las Metas del Milenio dentro de las agendas de los gobiernos y organizaciones locales. Ejemplo de lo anterior es la aplicación y monitoreo de los ODM en el municipio de León, Guanajuato. En esta iniciativa interviene ONU Hábitat México, el Instituto Municipal de Planeación del Municipio (IMPLAN) de León, el Centro GEO y la SEDESOL, a través del programa Hábitat. Lo que motivó a este municipio a alinear su planeación a los ODM es que sus autoridades consideran que estos Objetivos reflejan y sintetizan la problemática local que se debe resolver.

El reto de consensuar metas más acordes para el país

Es conveniente insistir en lo señalado en el Informe de Avance 2005 respecto a la necesidad de consensuar metas que sean más acordes a una nación de ingreso medio como México. Los ODM son una oportunidad para plantear una agenda de desarrollo que incorpore nuestros principales retos y problemas, así como las estrategias para darles solución.

En el Objetivo relativo a la reducción de la pobreza, por ejemplo, es fundamental incluir metas sobre empleo; respecto a la Meta 2, ya es de poca magnitud la proporción de la población por debajo del nivel mínimo de consumo de energía alimentaria y de proteínas, lo que implica que la desnutrición aguda ya dejó de ser un problema de salud pública. Su lugar ha sido ocupado por nuevos paradigmas como la desnutrición crónica y las deficiencias de micronutrimentos. Es entonces necesario incorporar metas y adaptar las políticas públicas para contrarrestar este nuevo panorama.

La Meta 3 asociada a la equidad de género y la autonomía de las mujeres es otro ejemplo de la necesidad de definir metas más relevantes. La igualdad de género en la educación ya no es un desafío para el país, como sí lo son la discriminación salarial, la carga global de trabajo (doméstico y extra-doméstico) y la violencia física y emocional que padecen las mujeres.

En cuanto a la salud es importante lograr la reducción de la mortalidad materna e infantil y hacerlo a partir de su abatimiento en las localidades más rezagadas del país. Valdría la pena considerar el establecimiento de metas en términos absolutos, en las que se establezca, por ejemplo, que ninguna zona tenga una tasa de mortalidad inferior a una “equis” tasa determinada.

México es un país donde tres cuartas partes de su población habitan en ciudades, por lo que habría que definir metas relacionadas con el manejo de residuos sólidos o en materia de calidad de aire. Adicionalmente, debido a la importancia que tiene el agua para la permanencia de los ecosistemas naturales y sus servicios ambientales, es necesario adicionar a la Meta de cobertura, otras que tengan que ver con el cuidado de los ecosistemas acuáticos.

Finalmente, en virtud de que el funcionamiento de las instituciones nacionales incide en el desarrollo del país, tal vez sea necesario reflexionar sobre la conveniencia de establecer objetivos del milenio políticos, en los que se podrían incluir como metas el logro de ciertos acuerdos, la reingeniería institucional, la democratización de todos los niveles de gobierno, la redistribución de recursos y de poder entre los actores sociales, entre otros.